El futurismo y las máquinas de guerra
El futurismo es una corriente artística que surgió a principios del Siglo XX. El futurismo, se planta concretamente en Italia en 1909 aunque ya que desde 1861 estaba presentando leves destellos de su anticipada aparición, continuando por la línea de 1909, cuando el poeta, dramaturgo Tommaso Marinetti, publicara en ese año en el periódico Frances, parisino, “Le fígaro” el manifiesto futurista. Aquel manifiesto afirmaba su ideología con la siguiente sentencia “un automóvil rugiente que parece correr sobre la Ráfaga es más bello que la victoria de samotracia” (es una escultura perteneciente a la escuela rodia del período helenístico), con esta declaración deja clara su ruptura con la tradición a la escuela que atacan, además señalando que la maldad que padece la sociedad cultural está provocada por los profesores, biberones, arqueólogos, los anticuarios en Guardianes de unos museos. El movimiento futurista estaba dispuesto a romper con la tradición artística del momento. Por otra parte, el manifiesto en una de las obras principales del propio ismo alrededor del mundo, expresando las ideas en relación el movimiento agresivo, a la lucha y el peligro.
Marinetti tenía una fascinación por la lucha, y su amor al peligro constante, él decía “no hay belleza sino en la lucha o queremos glorificar la guerra única higiene del mundo la idea por las cuales se muere. Aquello no llevo al movimiento solo a la lucha verbal en el arte sino la propia lucha física, llevándose muchos seguidores en el ejército y participando en Las Guerras mundiales.
El futurismo pictórico alcanzó un propio estatus, al lograr diferenciarse del cubismo con la representación de la velocidad, para alcanzarla, los pintores futuristas llenaban sus obras con una variedad de colores resplandecientes, con muchas líneas que se logran asemejar el movimiento acelerado de un automóvil o avión y que buscan trasmitir una sensación de velocidad. Bastantes autores redactaron poemas con aquel estilo semejante, entre estos tenemos por ejemplo a Guillermo de Torre Rafael Alberti o Pedro Salinas.