LA ESTENOGRAFIA EN LA FORMACIÓN DE ENSEÑANTES
formato apa Dicha variedad, desde el enfoque hermenéutico, derivado de: – el entrenamiento profesional del etnógrafo donde, por ejemplo, el estudio de los métodos de crianza es documentado de diversa manera por freudianos, teóricos del aprendizaje y antropólogos; – la historia personal del etnógrafo acerca de la cual George Devereux (1977), en su obra De la Ansiedad al Método en las Ciencias del Comportamiento, tiene mucho que aportar; – el medio cultural del etnógrafo, a partir de lo cual se ha generado una crítica a la etnografía euroamericana a partir de indagaciones realizadas por los mismos nativos (Owusu, 1978); – los cambios en el grupo descrito, como lo describen las etnografías de Michael Agar en lo que se denomina «la ecología química de las calles» (1977); – la audiencia (colegas, etnógrafos, diseñadores de políticas, antropólogos y no antropólogos, académicos y no académicos); y – la naturaleza siempre emergente del informe, analizada en la obra Grounded Theory (Glasser y Strauss, 1967). Factores entre los que se mencionan la selección de contenidos, las condiciones institucionales y las concepciones curriculares de los profesores (López Miranda, 2000), al igual que las posturas ideológicas que intervienen en la construcción de proyectos escolares específicos (Glazman e Ibarrola, 1983) – La distinción entre plan de estudios y realidad curricular (Ibarrola, 1983), donde la realidad se independiza del proyecto a través de espacios y estructuras curriculares que intervienen en la definición local de los tiempos, los contenidos, las relaciones didácticas y la conexión de recursos distintos a los planeados, ha sido también documentada a partir de las diferencias que existen entre el plan de estudios pensado y formal, por una parte, y el plan de estudios vivido y real, por otra (Furlán, sf; Fernández, 1992). Considere que estas competencias, inspiradas en la propuesta de Sonia Lavin (1990), hijo de dos tipos: – las competencias básicas instrumentales relacionadas con el dominio de las herramientas comunicativas propias de la profesión, integradas en las competencias lectoras, escritas, orales y de razonamiento que tienen éxito el diálogo, la crítica y la comprensión intersubjetiva e intercultural, y – las competencias contextúales relacionadas con el desempeño de los profesores en los dominios teóricos y epistemológicos de la práctica profesional, incluidas las competencias para realizar un trabajo socialmente productivo, construir ambientes educativos específicos y adecuados, formato apa Dicha variedad, desde el enfoque hermenéutico, derivado de: – el entrenamiento profesional del etnógrafo donde, por ejemplo, el estudio de los métodos de crianza es documentado de diversa manera por freudianos, teóricos del aprendizaje y antropólogos; – la historia personal del etnógrafo acerca de la cual George Devereux (1977), en su obra De la Ansiedad al Método en las Ciencias del Comportamiento, tiene mucho que aportar; – el medio cultural del etnógrafo, a partir de lo cual se ha generado una crítica a la etnografía euroamericana a partir de indagaciones realizadas por los mismos nativos (Owusu, 1978); – los cambios en el grupo descrito, como lo describen las etnografías de Michael Agar en lo que se denomina «la ecología química de las calles» (1977); – la audiencia (colegas, etnógrafos, diseñadores de políticas, antropólogos y no antropólogos, académicos y no académicos); y – la naturaleza siempre emergente del informe, analizada en la obra Grounded Theory (Glasser y Strauss, 1967). Factores entre los que se mencionan la selección de contenidos, las condiciones institucionales y las concepciones curriculares de los profesores (López Miranda, 2000), al igual que las posturas ideológicas que intervienen en la construcción de proyectos escolares específicos (Glazman e Ibarrola, 1983) – La distinción entre plan de estudios y realidad curricular (Ibarrola, 1983), donde la realidad se independiza del proyecto a través de espacios y estructuras curriculares que intervienen en la definición local de los tiempos, los contenidos, las relaciones didácticas y la conexión de recursos distintos a los planeados, ha sido también documentada a partir de las diferencias que existen entre el plan de estudios pensado y formal, por una parte, y el plan de estudios vivido y real, por otra (Furlán, sf; Fernández, 1992). Considere que estas competencias, inspiradas en la propuesta de Sonia Lavin (1990), hijo de dos tipos: – las competencias básicas instrumentales relacionadas con el dominio de las herramientas comunicativas propias de la profesión, integradas en las competencias lectoras, escritas, orales y de razonamiento que tienen éxito el diálogo, la crítica y la comprensión intersubjetiva e intercultural, y – las competencias contextúales relacionadas con el desempeño de los profesores en los dominios teóricos y epistemológicos de la práctica profesional, incluidas las competencias para realizar un trabajo socialmente productivo, construir ambientes educativos específicos y adecuados,